Antes de analizar cuál es
el objeto de estudio de la sociología y de abordar las distintas corrientes de
pensamiento sociológico que han predominado en los diferentes periodos
históricos, es importante centrarnos primero en tratar de entender ¿qué
es lo “social”?. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de lo social?
¿Qué elementos debemos tener en cuenta para su análisis?
Las personas ajenas a las ciencias sociales parecen considerar que es
algo más bien simple y directo ensamblar, invocar, convocar, movilizar y
explicar lo social. Quienes trabajan en el campo de las ciencias sociales saben lo doloroso, costoso, arduo y desconcertante que es. Lo social es “fácil” cuando hablamos de aquello que ya nos viene armado en un paquete; lo
social es “difícil” cuando se trata de aquello que tiene que
aparecer hilvanando elementos que no pertenecen al repertorio habitual. Si bien a primera vista pareciera que para
las ciencias sociales lo social era fácil de localizar gracias a la inmensa
cantidad y la extendida presencia de evidencias del orden social, ahora parece
que fuera lo opuesto: no hay nada más difícil de asir que los vínculos
sociales.
Una correcta
comprensión de la naturaleza de lo social nos ayudara a entender mejor no sólo
el foco de atención específico de la sociología, sino el propio papel que lo
social ha desempeñado en la realidad actual.
1.2 El concepto de lo social
Desde los albores mismos de la civilización
occidental, esto es, seis, siete siglos antes de la existencia de Cristo, en
Grecia muchísimos pensadores reflexionaron sobre el sentido mismo de lo social.
¿Cómo
se organiza la ciudad? era el interrogante.
¿Hay
una forma perfecta para que la convivencia humana sea mejor?,
¿Está
en la naturaleza de nosotros que esa convivencia sea pacífica?
¿Qué
tendencias confluyen en sentido contrario?
¿Cuáles
deben promoverse para que el colectivo social tenga más justicia, tenga más
dignidad?
En suma, ¿qué debe hacerse para que haya condiciones
mejores para una felicidad mayor de cada uno de nosotros? Esto es, la pregunta
por las condiciones de lo social viene desde siempre o, al menos, desde que la
civilización occidental existe. Y desde el principio, la pregunta tuvo, por así
decirlo, un sentido utilitario. Se
trata de una reflexión sobre nuestra convivencia, para mejorarla, para
perfeccionarla.
Sin embargo, las condiciones por lo social siempre conforman una pregunta doble, una
pregunta acerca de lo que permanece y acerca de lo que cambia. ¿Por qué lo que
permanece, permanece? ¿Y por qué lo que cambia, cambia?
El adjetivo “social” designa dos fenomenos por entero diferentes:
es a la vez una sustancia, una especie de materia y tambien un movimiento entre
elementos no sociales. En ambos casos, lo social desaparece. Cuando se lo toma como un sólido, pierde su capacidad de asociar; cuando se lo
toma como fluido, lo social nuevamente desaparece porque destella solo por un instante, justo en el momento fugaz en el
que nuevas asociaciones están amalgamando lo colectivo.
1.3 La naturaleza de lo social
El hombre es un
ser social. Siempre ha vivido en sociedad como un hecho natural, casi sin
reparar en ello, al igual que el pez no repara en el agua, o los seres
vivos terrestres no reparamos en el aire. Lo social es tan importante para el
hombre, como el agua o el aire para los seres vivos. Basta que algo falle en el agua, en el aire, o en el
entorno social, para que entendamos su carácter fundamental.
¿Es posible un
hombre fuera de la sociedad? Biológicamente sabemos que no es posible,
ya que todo hombre, antes de su nacimiento, está condicionado por diversas
costumbres y modos de organización social.
Si lo social ha
sido tan decisivo en el desarrollo humano, no parece suficiente la explicación
de que una reflexión autónoma sobre lo social no se pudo producir hasta que no
se desarrollaron los planteamientos propios del método científico y hasta que
la realidad de la «sociedad civil» fue contemplada de manera diferenciada del
Estado, es decir, como una entidad distinta, y con vida propia, al margen de
todo lo que se comprendía en la esfera del poder político. ¿Acaso -podríamos
preguntarnos- no eran posibles otras formas de aproximación al análisis
diferenciado de lo social?
De manera muy
esquemática y general podemos decir que lo social constituye la verdadera
sustancia medular de estudio de la Sociología. Como ha señalado Nisbet, “los problemas
de la Sociología son los que se refieren a la naturaleza del vínculo social”. “Del
mismo modo que la Química moderna se interesa por lo que ella misma llama “el
vínculo químico”, buscando las fuerzas que mantienen unidos a los átomos
formando las moléculas, también la Sociología investiga las fuerzas que
permiten a los seres humanos (de origen biológico) mantenerse unidos a las “moléculas
sociales” donde se hallan prácticamente desde el momento de su concepción”.
Theodore Abel,
utilizando un tipo de comparación muy similar, también se referirá «a lo
social» como el misterio que la Sociología pretende desvelar. «Una ciencia
-dirá- progresa cuando se mantiene constantemente alerta a sus propias
incertidumbres o, si se prefiere, a sus misterios. El más importante de éstos
reside en la propia esencia de su objeto. Así vemos que la física se preocupa
por el misterio del núcleo; la biología por el misterio de la vida, y la
psicología, por el misterio de la naturaleza y de la conciencia. El misterio
que afrontan los sociólogos -concluirá- es la naturaleza de lo social.
1.4 La teoría del actor-red una redefinición de lo social
La teoría del actor-red
sostiene algo tan sorprendente como que lo social no es lo que nos mantiene
unidos. Lo social no es algún tipo de cemento que puede fijar cualquier cosa,
incluyendo lo que no pueden unir otros cementos, simplemente es la resultante
de lo que unen otro tipo de conectores.
Es decir, lo que permite
que vivamos en comunidades, la esencia de nuestro-vivir-en-común,
reside precisamente en lo que esta mas alla de nuestra carne. Nuestros marcos
de interaccion estan preñados de datos, lugares, artefactos, simbolos, personas
ausentes pero presentes simbolicamente… los elementos que componen lo social
son de una gran variedad y el lazo social se caracteriza por detentar
propiedades extra-sociales y completamente heterogeneas. Lo social no es lo que
nos sostiene juntos o mantiene unidos, sino todo lo contrario: lo que es sostenido,
lo que debe ser mantenido.
Cuando los científicos
sociales utilizan los sustantivos “sociedad”, “sociabilidad”, “societal”, “lo
social”, etc., apelan normalmente a una dimensión, situación o estado de cosas
homogéneo y estable. Hacen referencia a una sustancia intangible que tiene la
propiedad de ser movilizada para explicar otro tipo de fenómenos.
Leyes, ciencia, religión,
organizaciones, pequeños grupos… constituyen dominios analizados y comprendidos
gracias a esa sustancia o dimensión denominada “lo social”, que está más allá
de ellos y tiene la propiedad de conferirles forma e inteligibilidad.
La teoría del actor-red
pretende redefinir completamente la propia noción de “lo social”. Gabriel tarde sostuvo que
“lo social” no era un dominio especial de la realidad, sino simplemente un
principio de conexión. En ese sentido, la sociología se enfrenta a la tarea de
discernir que operadores o mecanismos establecen tal principio.
Si lo social o la sociedad
no hacen referencia a un dominio homogéneo de la realidad: ¿de qué hablamos
cuando pronunciamos esas palabras?
Para la teoría del
actor-red, “lo social” designa la relación que se establece entre un conjunto
de elementos heterogéneos. Es decir, las asociaciones
que elementos muy diversos establecen entre si en un momento determinado.
Entre tales elementos figuran, por supuesto, los seres humanos, los
significados que producimos, símbolos, discursos, pero también elementos
materiales, objetos, artefactos técnicos, artilugios, etc.
Semejante redefinición de
“lo social” significa que:
1.
Los no-humanos juegan un papel activo en la definición y mantenimiento
de nuestras sociedades y relaciones sociales. Ellos son actores, y no simples
portadores de significado, en el establecimiento de asociaciones.
2.
La sociología deja de ser la ciencia de “lo social” para convertirse en
la ciencia que rastrea y analiza los modos en que se producen las asociaciones
en las que nos vemos implicados en nuestra vida cotidiana.
3.
El resultado de los mencionados conjuntos heterogéneos de asociaciones
recibe la denominación de “colectivo” frente a la clásica etiqueta de
“sociedad”.
Por lo tanto, el dominio de lo social es siempre el recurso
explicativo, mientras que el dominio de la naturaleza, lo científico o
tecnológico, es lo que requiere de la intervención explicativa de lo social.
1.5 El
fin del pensamiento social según Alain Touraine
El lugar
central otorgado a la modernidad, es decir, a la libertad creadora del actor y
no ya a las necesidades y a las funciones de los sistemas sociales, es la constatación
de que vivimos el fin de lo social. Hay que decir, que el tema del final de lo
social, de la eliminación necesaria de la idea de sociedad, trastoca nuestra
manera de pensar y de hablar. Ya no podemos, ya no debemos, pensar socialmente
los hechos sociales.
Tradicionalmente
es en términos políticos o religiosos como hemos pensado lo social. Sin embargo
eso está cambiando.
1.6 Elementos para el análisis de lo social
La indagación
por lo social podemos abordarla de diferentes maneras. Por una parte podemos
iniciar la tarea, o bien mediante la descripción y análisis de los componentes
estructurales y formales de la sociedad, o bien a través de la investigación
sobre la lógica de los cambios y las transformaciones de estas estructuras. Lo
que ha dado lugar al desarrollo de los dos grandes campos de atención en la
Sociología: el de la estática social -o de la estructura social- y el de la
dinámica social, o del cambio social. De igual
manera, se puede profundizar en el estudio del «vinculo social» -como prefiere
Nisbet- a través de los distintos elementos que lo componen: «La interacción
social, los agregados sociales, la autoridad social, los roles sociales, los status
sociales, las normas sociales y la entropía social, etc. Vemos así que lo
social solo es rastreable cuando está experimentando modificaciones. Sin
embargo, nunca debemos olvidar que lo
importante en lo social es lo que los actores creen que es importante.
Esto es, cuando reflexionamos sobre lo social no
tenemos que circunscribirnos a un análisis solamente de los grandes cambios
sino que en la micro modificación podemos investigar, podemos estudiar cuales
son los elementos que van en un sentido: en el sentido de la permanencia y en
el sentido del cambio.