Datos
Biográficos:
El abuelo paterno de Richard Cabot, Samuel Cabot (1784-1863) fue marinero
desde los 19 años de edad, se casó con Eliza Perkins, hija de Thomas Handasyd Perkins, el comerciante más exitoso de Boston. Después se
unió a la empresa de comercio de su suegro, hasta que eventualmente tomo el
mando después del retiro de Perkins; Samuel Cabot es descrito
como un hombre practico quien creía principalmente en la acción y trabajo duro.
El padre de Richard Cabot, James Elliot Cabot
(1821-1903) estudio filosofía en Göttingen, Heidelburg, y Berlín. Fue miembro
de la expedición Agassiz al Lago superior y practicó la arquitectura antes de
establecerse como filosofo independiente. Publico artículos, presento lecturas,
perteneció al Cambridge Metaphysical Club y fue supervisor en Harvard. Amigo
cercano de Ralph Waldo Emerson, sirvió como editor, biógrafo y albacea
literario de Emerson.
Richard Clarke Cabot nació el 21 de mayo de 1868 en Brookline,
Massachusetts. Quinto hijo de una familia de siete procreada por James Elliot Cabot
y Elizabeth Dwight Cabot. Criado en un
medio ambiente rico espiritual e intelectualmente, Richard Cabot al inicio
resolvió convertirse en ministro unitario o filósofo. Pero las influencias de
su primo Joseph Lee, pionero del Trabajo Social que encabezó una campaña para
establecer patios de recreo urbanos y el Dr. Edward
Livingston Trudeau, un sobreviviente de tuberculosis que en 1884 estableció el
primer sanatorio, fueron al final decisivos. En su juventud Cabot asistió a la
escuela privada Noble & Greenough y adoraba en First Parish, primera
parroquia unitaria de Brookline.
Mientras Cabot era estudiante universitario conoció a Ella Lyman
(1866-1934), quien pertenecía a una prominente familia de Boston que asistía a King’s
Chapel (Capilla del Rey, de doctrina religiosa unitaria, la cual no reconoce en Dios más que una persona). Después de asistir a una
preparatoria privada, Ella Lyman asistió a Radcliffe y Harvard donde estudio
lógica y filosofía.
El 26 de Octubre de 1894 Richard Cabot y Ella Lyman se unieron en
matrimonio en la Iglesia Sweden borgian en Waltham, Massachusetts. En 1894 Ella Lyman asistió al aula de clases del Seminario Josiah Royce,
y asistió al Seminario de Ética que se realizaba semanalmente en su casa. Ella quería
tener hijos, pero Richard Cabot se oponía a la idea, creyendo que resistir a
los instintos físicos les guiaría a una “vida
abundante mayor”, centrándose en el servicio a Dios y la sociedad.
Aunque la pareja disfruto una íntima vida espiritual e intelectual en común,
ellos más tarde lamentarían no haber tenido hijos.
Cabot rechazo el nombramiento como primer
bacteriologista en el Massachusetts General Hospital en 1898, cuatro años después de completar
su beca de investigación acepto un nombramiento mucho menos prestigioso como
médico de dispensario. Los pacientes eran tratados en el dispensario
médico del Massachusetts General Hospital mucho mejor que en la sala del
hospital donde sus casos eran considerados sin importancia y desesperanzadores.
Debido a que no existía tratamiento para condiciones médicas como la tuberculosis,
cólera, fiebre amarilla y diabetes, pacientes con estas condiciones usualmente
eran tratados en el dispensario médico, especialmente si ellos eran pobres. La
medicina prescribía en gran parte analgésicos en ese entonces; debido a que los
antibióticos no fueron desarrollados hasta 1940. Muchos pacientes eran
inmigrantes que presentaban barreras de lenguaje y enfermedades infecciosas
como tifus. Adicionalmente a la condición deprimente de su situación se
encontraba la depresión económica de 1893, la peor que se había experimentado
hasta esa época.
Cabot describió la velocidad con la que los médicos veían a los
pacientes cuando el arribó por primera vez al dispensario médico, refiriéndose
a algunos médicos como: “corriendo por la clínica”, el medico hacía sonar una
campana señalándole al paciente que podía entrar en la habitación. El medico gritaba
una serie de preguntas mientras el paciente se movía para ingresar y para
cuando el paciente llegaba al escritorio, una receta médica ya estaba escrita.
El entonces hacía sonar de nuevo su campana para el siguiente paciente…
Cabot comenzó a observar que los problemas sociales y
mentales a menudo eran subyacentes a los problemas físicos y que las
aflicciones simplemente físicas eran raras de presentarse (Cabot, 1915). El
mantenía que no era posible restablecer la salud de los pacientes sin
considerar lo que él llamaba “factores no somáticos”, como las condiciones de
vida.
En ese tiempo sus padres le pidieron que se hiciera cargo del
tratamiento y cuidado de su hermano mayor Ted, el cual padecía diabetes, quien
siempre le había admirado por sus agudas habilidades filosóficas. Entonces no
había tratamientos viables para combatir la diabetes, por lo cual, su hermano
Ted murió mientras permanecía bajo su cuidado. Esto le afectó profundamente.
Cabot murió el 7 de mayo de 1939 en Cambridge,
Massachusetts y antes de su muerte, ordeno que su riqueza fuese donada a la Fundación
Ella Lyman Cabot.
Para amigos y seguidores Cabot fue un hombre
controversial. Le llamaban quijotesco, de poco fiar, precipitado, un santo,
abrupto, inusual, complicado, un petardo médico y un moralista intrépido… él
creía que “la acción ética es lo que hacemos mientras construimos nuestra
oportunidad de manifestar en algún lugar y momento nuestra gratitud por haber
nacido en un planeta que puede mostrarnos semejante maravilla, belleza y devoción.”
Formación / Estudios realizados:
En su juventud
asistió a la escuela privada Noble & Greenough. Cabot estudio primero
filosofía y cambio hacia la medicina. En 1889 recibió su Licenciatura en
Filosofía con grado “summa cum laude”
por la Universidad de Harvard. Sin embargo, rechazo a los filósofos que
observaban en lugar de actuar; por esa razón se sumergió en la filosofía de
John Dewey. Evison (1995), una biógrafa de Cabot, escribe: “La acción le
atraía; Jane Addams y Teddy Roosevelt le interesaban porque ellos hicieron algo
(p. 30).” Cabot mantenía que el conocimiento se conseguía resolviendo
problemas, aun cuando las hipótesis no fuesen apoyadas. Como Addams antes que
él, creía que las personas pueden aprender aun del fracaso.
En 1892 realizo
una Maestría en la Escuela de Medicina de Harvard. La
tesis de maestría de Cabot utilizo métodos epidemiológicos para examinar la
eficacia de la curación por la Ciencia Cristiana. Para el tiempo que el termino
la escuela de medicina en 1892, el germen de la teoría de 1870’s y 1880’s se
había mantenido y los roles de la tecnología y el análisis de laboratorio
adquirieron preponderancia. Cabot inicialmente siguió la tendencia, en 1892 seguido
de un año como internista gano la Beca Dalton de Investigación en Hematología
en el Massachusetts General Hospital completando su
entrenamiento de postgrado en investigación de laboratorio.
Trayectoria profesional:
Comenzó
su carrera médica en el Massachusetts General Hospital en 1895. De 1897 a 1926
realizo práctica médica privada en su hogar en Boston. Adicionalmente a las
herramientas tradicionales medicas de su tiempo –estetoscopio, martillo reflejo
y medidor de presión sanguínea de manga- su consultorio estaba equipado con un
microscopio para realizar conteo de plaquetas sanguíneas blancas y equipo
químico para realizar análisis de orina. También poseía una máquina de rayos X
operada por un especialista, también refería pacientes a otros médicos locales
y especialistas y realizo consultas con doctores en la Escuela de Medicina de
Harvard. El tomo notas meticulosas detallando los síntomas, diagnostico,
tratamientos prescritos y el seguimiento de los resultados. El índice y
referencia cruzada de los casos, eventualmente se convirtieron en 36 volúmenes
encuadernados con una gran cantidad de datos que el utilizaba en clases,
escritos y presentaciones.
Realizo
trabajo voluntario como médico consultante en el Westboro School for Boys y
Lancaster School for Girls y también fue asesor en el New England Hospital for Women
and Children. Perteneció a múltiples organizaciones profesionales, sirviendo en la
Junta Directiva del Children's Aid Society de Boston (1894-1902); el Comité de Gobierno
del Massachusetts Civic League (1901); Presidente del Comité Asesor de Higiene
para las Escuelas Públicas de Boston (1895-1901). También fue socio de la American Academy of Arts and Sciences, Association of American
Physicians, American Medical Association, Massachusetts Medical Society, Sigma
XI, y la National Conference of Social Work (NCSW), de la cual fue Presidente
en 1930.
Trayectoria académica:
Su carrera
como docente alcanza un periodo de casi 40 años, sus cursos se ubicaban en los
campos de la medicina clínica, filosofía y ética social.
En la
Universidad de Harvard, dio clases durante los años de 1902 a 1934. Fue
Profesor de Filosofía (1902-1903), Instructor de Medicina Clínica
(1903-1908), Profesor Asistente de Medicina Clínica (1908-1913), Profesor
Asistente de Medicina (1913-1918), Profesor de Medicina Clínica (1918-1933), y
Profesor de Ética Social (1920-1934). Al aceptar esta posición, la cual
permanecía desocupada desde que Francis Greenwood Peabody se retiró en 1913,
Cabot esperaba provocar la chispa del renacimiento del pensamiento ético. Él
pensaba que el movimiento progresivo se había apartado del cinismo y
pensamiento reaccionario y quería dar nuevo vigor a la ética aplicándola a los
problemas humanos reales, de ese modo fortalecería el carácter de sus
estudiantes. Para este tiempo una nueva generación de filósofos se encontraba
en Harvard. Él estudió y trabajó con Ernest y Agnes Hocking y Alfred North
Whitehead. Durante 1920 participo con un grupo de peregrinos cristianos que
incluía a los Hocking y a numerosos líderes de trabajo social.
Cabot
se retiró de Harvard a la edad de 65 años. Su esposa Ella murió ese año. Ella
dejo mucha de la riqueza que tenía para la fundación con la confianza de apoyar
proyectos artísticos, religiosos y áreas afines.
También
dio clases de trabajo social médico en el Simmons College School of Social
Work, de 1912 a 1934. De 1935 a 1939, fue Profesor de Teología Natural en la
Escuela Teológica Andover-Newton. Continuando con su trabajo, Cabot se
convirtió en Profesor de Sociología y Cristianismo Aplicado. El rápidamente
gano una fuerte cantidad de estudiantes/seguidores de sus Clases de Educación
Clínica Pastoral (CPE, por sus siglas en ingles). El también trabajo en el Estudio
Juvenil Cambridge-Somerville con Eleanor Glueck, buscando identificar factores
sociales y psicológicos que contribuyen a la delincuencia infantil; escribió un
libro junto a Russell Dicks, acerca de la Educación Clínica Pastoral (CPE)
llamado “The Art of Ministering to the Sick” en 1936; y escribió una amplia
síntesis de su teología personal titulada “The Creative Power of God”, la cual
nunca fue terminada.
Teorías elaboradas / Principales ideas y conceptos:
Cabot fue un
inconformista que lucho continuamente por mejorar su entorno en el campo
médico, favoreciendo la socialización de la medicina. Durante
el periodo de docencia en la Escuela de Medicina de Harvard (1899-1829), Cabot
introdujo el análisis de casos como método de enseñanza. El cual fue
rápidamente adoptado como el modelo o patrón generalmente aceptado para la
educación médica. Creyendo que el diagnostico era el primer paso en la
intervención médica, desarrollo en el Massachusetts General Hospital las
Conferencias Clínico patológicas (C.P.C. por sus siglas en ingles), donde el
medico presentaría su “diagnóstico diferencial” del paciente basado en
síntomas, resultados de las pruebas de laboratorio y la observación. Después el
adapto las Conferencias Clínico patológicas al trabajo social hospitalario,
instituyendo conferencias de caso semanales y fundo en el Massachusetts General Hospital el primer Departamento de Servicio Social
Médico de la nación en 1905 junto a Miss Garnet Pelton e Ida Maud Cannon
(reconocida como la primera trabajadora social en el ámbito hospitalario).
Cabot menciona
lo siguiente:
“En 1903 era
yo, desde hacía ya muchos años, médico de dispensario, me interesaba sobre todo
por el mejoramiento de los métodos de diagnóstico seguidos en estos
establecimientos, tratando de asegurar al enfermo un diagnostico tan
científicamente establecido, tan correcto, como si fuese un cliente particular.
En el curso de los esfuerzos así hechos para tratarlo según le convenía, me
encontré bien pronto con una dificultad. Para el conocimiento del paciente se
necesitaban conocimientos respecto a su hogar, su habitación, sus alimentos, su
familia, sus tristezas, sus costumbres, detalles que no podía obtener viéndolo
solamente en el dispensario. El tiempo me era insuficiente (lo es a todo medico
de dispensario) para a ir a domicilio en busca de estas referencias
indispensables, y no tenía tampoco ninguna persona que pudiera hacerlo; mis diagnósticos
debieron continuar siendo superficiales e incompletos.
Cuando era
necesario instituir un tratamiento en estos casos, y en todos en los que el
examen físico solo no daba más que una mínima parte de los elementos necesarios
para el diagnóstico, era cuando me sentía desanimado y abatido. Durante estos años
de estudio de dispensario he podido darme cuenta de que en más del 50% de los
casos un tratamiento racional era imposible sin un conocimiento exacto de la
situación económica del enfermo y, más aun, de su psicología, de su carácter,
de su pasado mental y laboral, de todo lo que había contribuido a colocarlo en
su situación presente, a entregarlo a la enfermedad, a la desesperación, a la
inquietud, a la pobreza. Mis prescripciones estaban con frecuencia casi con
entera seguridad, fuera del alcance de mis enfermos…
Puesto así
frente a mis fracasos de cada día, viendo que mis diagnósticos no representaban
más que tiempo perdido puesto que mis enfermos no podían conseguir mis
prescripciones, se me hizo el trabajo casi insoportable. No podía mirarlos
tranquilamente sabiendo lo poco que podía darles, me veía como un cómico o un
impostor.
Fue entonces
cuando me di cuenta de la necesidad de una INSPECTORA
SOCIAL para completar mi diagnóstico, que estudiara más profundamente la
enfermedad de los que me consultaban y su situación económica para ejecutar el
tratamiento ordenado, organizando los recursos de las instituciones benéficas,
haciendo un llamamiento a la caridad voluntaria, utilizando las diferentes
fuerzas de las asociaciones de caridad. En 1905 hice entrar al Hospital General
de Massachusetts a una inspectora social retribuida, destinada a trabajar todo
el día en cooperación conmigo y otros médicos del dispensario. El objeto era,
primeramente, profundizar y extender nuestro conocimiento del enfermo con el
fin de establecer un mejor diagnóstico y, en segundo lugar, tratar de atender a
sus necesidades económicas, mentales y morales, sea por medio de la inspectora
misma o, si sus esfuerzos resultaban insuficientes, asociando a cualquier grupo
benéfico constituido ya en organización caritativa dentro de la población. Mi
esperanza era entonces atraer al hospital los recursos de estas instituciones
benéficas y aplicarlos a las necesidades de nuestros enfermos después de un
estudio llevado a cabo en común acuerdo por el médico y la inspectora social.
Esa
primera inspectora social fue Miss Garnet Pelton, que si bien era enfermera de
profesión se había destacado como pionera en la lucha antituberculosa. Para su
tarea contaba dentro del hospital con un escritorio y una silla en el corredor
de los consultorios externos. Ejerció el cargo durante ocho meses con la
colaboración de 13 voluntarias, entre ellas Ida Maud Cannon, quien la sucedió.
El
hospital no apoyo inicialmente la contratación de la Srta. Pelton, así que
Cabot le pagaba su salario con sus propios recursos. Para convencer al Director
General del hospital, Frederic Washburn, que la contratación de Pelton era una
buena inversión. Cabot documento que su contratación generaría al hospital un
costo-beneficio mayor. El cálculo que el hospital gastaba $120 dólares en un
bebe con problemas gastrointestinales porque la madre lo llevo al hospital en
cuatro ocasiones seguidas en un periodo muy corto de tiempo debido a que la
familia era incapaz de proveerle los nutrientes prescritos para él. Cabot no
quería que los administradores pensaran que el rol principal del trabajador
social era prevenir la utilización de los servicios hospitalarios, en lugar de
ello ahorrarle dinero al hospital contribuyendo a un tratamiento más efectivo.
Las
funciones que realizaría la inspectora social, según Cabot son las siguientes:
1) Para criticar mientras ayudaba a socializar la medicina,
2) Para actuar como traductora entre al medicina y el paciente y su
familia, y
3) Para proveer información de los factores mentales y sociales.
Cabot
describe el rol crítico diciendo lo siguiente: “ella no estará ahí
primordialmente para criticar; sin embargo ella estará mejor lejos del promedio
porque ella será parte de la institución y realizara crítica desde adentro, lo
que yo considero siempre será la cosa más valiosa” (Cabot, 1912, pp. 51–52).
Cabot observo
a los trabajadores sociales como traductores de la información médica en una
forma que los pacientes y familias pudiesen entender. Él dijo: el trabajador
social… puede asegurar a los pacientes en la clase de cosas que son hechas y
estarán siendo hechas con ellos. No hay nadie más quien les explique; no hay
otra persona en el hospital quien principalmente les explique las cosas (Cabot,
1912, p. 50). Cabot también observo a los trabajadores sociales como
traductores de información acerca de los pacientes y familias para los médicos.
El rol del trabajador social proveyendo información social y psicológica para
los médicos es descrito en una cita de Ida Cannon:
…mientras ella
posea un entendimiento de la condición física del paciente, la condición física
es solamente un aspecto del paciente la cual ella debe tomar en cuenta. Como el
medico observa el daño de un órgano no simplemente aislado pero posiblemente
afectando el cuerpo entero, así el trabajador social hospitalario mira al
paciente no simplemente aislado como persona desafortunada ocupando una cama de
hospital sino como miembro perteneciente a una familia o grupo comunitario el
cual ha sido alterado debido a su mala salud. Médicos y enfermeras buscan
fortalecer el estado general médico del paciente para combatir su dolencia. El
trabajador social busca remover aquellos obstáculos entre el paciente y su
entorno o en su actitud mental la cual interfiere con un tratamiento exitoso,
así de esta manera libera al paciente para ayudarlo en su propia recuperación (Cannon,
1923, pp. 14–15). Cabot pensaba que una trabajadora social podía satisfacer
plenamente este rol debido a que las enfermeras habían perdido su derecho a reivindicarse
como profesión permitiendo y convirtiéndose en meras herramientas de las órdenes
de los doctores. El decía que la competencia profesional en trabajo social se
encontraba en el diagnóstico y tratamiento del carácter ante las dificultades,
la cual comprendía la experiencia en salud mental.
Cabot entiende
que la función principal de la inspectora social “es ocuparse atentamente de
todas las necesidades del individuo”; su actividad consiste en un “dar y
recibir” sin caer nunca en la dadiva que compara con la enfermedad y el dolor.
“La morfina calma el dolor, pero no cura; no hace más que sofocar un síntoma,
produce un alivio, pero la necesidad de emplearla de nuevo se hace sentir
pronto. Con el tiempo, el paciente sigue con su enfermedad y, además, es un
morfinómano. La dadiva mantiene a uno menesteroso. El acto de dar crea la
dependencia porque se atrofia la iniciativa moral y laboral”.
Además, agrega:
“el donativo más prudente que conozco, el que es más seguro que se perpetúe,
que germine como una semilla, es la enseñanza”. En la actividad educativa se
centra la labor de la trabajadora social y “si tenemos la esperanza de ensenar
a las gentes como pueden evitar los desastres causados por la enfermedad, debe
ensenar en el mismo lugar donde esos desastres se producen, es decir, en el
hogar”. La trabajadora social “debe combatir la enfermedad repartiendo el
contagio de la verdad medica… Debe combatir de manera eficaz el charlatanismo
en cuestiones de medicina y las supersticiones en boga… Hacer comprender al
enfermo que su restablecimiento depende en gran parte de los esfuerzos que el
mismo haga para vencer la enfermedad”.
Para educar,
Cabot indica la otra tarea fundamental del trabajo social: la investigación.
“La actividad del trabajo social en sus relaciones con la salud pública puede
resumirse en gran parte en la investigación de las causas de la enfermedad”.
¿Qué debe ser investigado? Cabot indica que tanto “la existencia de enfermos
que no concurren a servicios de atención medica –especialmente los parientes de
quienes padecen enfermedades contagiosas- como las causas múltiples que generan
la enfermedad”. Agrega también la importancia de determinar el motivo por el
cual se concurre a la consulta médica, las actitudes frente a la enfermedad y
las relaciones que mantiene el enfermo con su familia, con sus compañeros de
trabajo, de escuela, etc. En todo esto, dice Cabot, “hay que representarse un
gran número de cadenas entrecruzadas, como la cota de mallas de los caballeros
de la Edad Media, cada malla es un suceso, y muchas cadenas así reunidas se
entrecruzan en la historia de un solo enfermo. Hay, en primer término, la
cadena de los hechos médicos, cuyas mallas o síntomas conducen al diagnóstico.
Después viene la cadena de los hechos sociales que trataremos de ordenar por
categorías en nuestra ficha de historia social. En seguida, la cadena formada
por los hechos que interesan al enfermo y conciernen a los otros miembros de la
familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo y de escuela. Finalmente, la
cadena de la herencia”.
Cabot está
señalando ya las reacciones en cadena o de causa-efecto. ”Trataremos –sigue
diciendo- después de habernos informado sobre el síntoma dominante, de
determinar por una serie de preguntas de qué modo esta enlazado a la trama
formada por encadenamientos de hechos similares. Lo que debe investigarse
enseguida, aunque resulte difícil y a veces imposible, es porque este gran
cumulo de hechos precisos conduce exactamente en este instante determinado a
este síntoma. ¿Por qué el enfermo se nos ha presentado hoy? Muchas veces el
enfermo no puede dar una contestación verídica, aunque obre de buena fe. Sin
embargo, la trabajadora social debe averiguarlo. A menudo, solo después de
haber conocido a una persona y de haberse interesado por ella durante días y
semanas se descubre por que ha venido precisamente ese día. ¿Por qué la
respuesta a esta pregunta puede ser la cosa más importante por descubrir?
1) Porque puede
suministrar el hecho fundamental que guiara nuestras investigaciones
posteriores y determinara la clave de socorros que debemos dar en cada caso;
2) Porque puede
hacernos descubrir que aquello de que el enfermo se queja no tiene ninguna
importancia”.
El
Programa de Servicio Médico Social que Cabot introdujo en el Massachusetts
General Hospital fue ampliamente imitado por hospitales a través del país. El
pronuncio charlas de servicio médico social en hospitales y organizaciones de
servicio social dentro y fuera de la nación. Para 1913 había 100 hospitales con
Departamentos de Servicio Social en los Estados Unidos.
Sin
embargo, veinte años después Cabot sentía que el trabajo social necesitaba
nuevas direcciones. En la convención de la Conferencia Nacional de Trabajadores
Sociales (NCSW), realizada en 1931 se manifestó pesimista acerca de la
habilidad del trabajo social para aliviar los problemas que ocasiono la caída
del mercado de valores, comparando el efecto de utilizar trabajadores sociales
para “atacar una fortaleza de granito disparándole chicharos”. Él quería
redefinir el trabajo social haciendo un énfasis en:
1) la honestidad,
2) el desarrollo de canales de comunicación, e
3) iluminando y simplificando la carga laboral del trabajador social.
Él
quería que los trabajadores sociales ayudaran a los clientes a “ayudarse a sí
mismos” en lugar de reparar los problemas por ellos.
Producciones escritas:
Su primer
libro escrito fue “A Guide to the Clinical Examination of the Blood for Diagnostic
Purposes” en 1896. En 1905 presento su método de caso con el libro “Diagnostico
físico”, el cual se convirtió en el libro de texto estándar sobre el tema
alcanzando las diez ediciones. Sus estudios clínicos conformaron una famosa serie de libros médicos, entre los que figuran: Case
Histories in Medicine (1906), Case
Teaching in Medicine (1906), Social
Service and the Art of Healing (1909), The Christian Approach to Social Morality (1913), What Men Live By: Work, Play, Love, and
Worship (1914), A Layman's
Handbook of Medicine (1916), Training
and Rewards of the Physician (1918), Facts of the Heart (1926), Adventures on the Borderland of Ethics (1926), The Goal of Social Work (1927), Christianity and Sex (1937), Honesty (1938) y The Meaning of Right and Wrong.
Consiguió
la aclamación nacional por su artículo titulado “The Four Common Types of
HeartDisease”, publicado en el Journal of the American Medical Association en
1914, en el cual traza las conexiones entre los resultados de la autopsia y las
historias de caso del paciente como regla para determinar las causas de las
enfermedades cardiacas.
La
colección de documentos escritos por Cabot permanecen en la Harvard’s Countway
Medical Library y en los archivos de la Universidad de Harvard en Cambridge,
Massachusetts. Material adicional se encuentra en los archivos de Simmons College,
en Boston, y en los archivos del Massachusetts General Hospital, en Boston.
Ideas políticas, participación en
movimientos sociales y políticos:
En
1898 sirvió como patólogo para el ejército en el buque hospital “BayState” en el
cual viajo a Puerto Rico durante la Guerra Hispano-Americana.
En
1916 Richard y Ella Cabot realizaron un viaje largo por los Estados Unidos para
apoyar y enaltecer a los aliados en la primera Guerra Mundial y como el hermano
menor de Cabot, también médico, se enlisto en el servicio médico británico
antes que los Estados Unidos ingresaran a la guerra. Observando cierta nobleza
en combate, Richard Cabot se unió a la reserva médica de la armada de los
Estados Unidos en un hospital de base en Francia durante la primera Guerra Mundial
(1917-1919).
Ideas /
Corrientes filosóficas:
Su padre James Elliot Cabot, se consideraba a sí mismo
un trascendentalista, sosteniendo que “lo trascendental incluía todo lo que va
más allá de ideas existentes y creencias tradicionales, para adherirse a lo que
se espera debido a que son aceptadas por personas sensibles”. El
trascendentalismo cuestiono mucho el comercialismo de la generación de sus
padres, siendo particularmente crítico con la esclavitud. La Guerra Civil,
comenzó cuando James Elliot Cabot tenía 40 años de edad y fue hecha en parte
debido a los sentimientos de esa generación. La madre de Cabot, Elizabeth
Dwight Cabot, cargo con mucha de la responsabilidad en haber
criado los siete hijos de la pareja y compartió con su esposo el trascendentalismo
cuestionando las nociones existentes y las creencias tradicionales. Elizabeth
Dwight Cabot dijo acerca de las mujeres: “me parece que muy pocas
de nosotras tenemos suficiente ocupación mental. Nosotras deberíamos tener una
vida intelectual aparte de los problemas educativos y obligaciones en el
cuidado del hogar e incluso de los intereses de la sociedad” (Cabot, 1869, p. 45).
O’Brien describe a Elizabeth Dwight Cabot como “una
mujer cariñosamente maternal, profundamente religiosa e incansablemente filantrópica”
(O’Brien, 1985, p. 536).
La Guerra Civil desmoralizo a la nación y engendro un nuevo
conservadurismo y materialismo. La publicación de El Origen de las Especies por Carlos Darwin en 1859 (1936), trajo
una apreciación del método científico y creciente interés acerca del número de
inmigrantes que arribaban al país agregándose al cambio de opinión hacia el
realismo desde el idealismo de la generación de James Elliot Cabot. En la ola
del darwinismo social que siguió, la caridad era vista como simplista y potencialmente
perjudicial para los destinatarios. Fue en esta atmosfera post
trascendentalista que Richard Clarke Cabot nació en 1868.
La tensión entre su generación y la de sus padres formo la visión de
Richard Cabot. El tomo una posición centrista radical basada en el pragmatismo
filosófico, tomando dos puntos de vista de resistencia u oposición y ayudando a
localizar un terreno medio entre ellos. En lugar de considerar cada lado como
bueno o malo, el sostenía que una verdad más grande podría emerger creando un
dialogo entre los dos lados. Durante su carrera, Cabot se miraba a sí mismo
como un intérprete o traductor capaz de encontrar el terreno medio entre ambos
extremos.
En la
Universidad de Harvard, estudio bajo la influencia de William James, George Herbert
Palmer, y Josiah Royce quien era considerado en ese tiempo el filósofo más
importante de los Estados Unidos y quien se convirtió en su mentor por largo
tiempo. El creía que practicando la medicina sería capaz de emplear su religión
en el cuidado práctico de los pacientes.
La
exposición de Cabot al Trabajo Social vino inicialmente de su relación con Jane
Addams. En 1887, el tomo un curso en Harvard titulado “Teorías éticas y reforma social” de Francis Greenwood Peabody. La
mayoría que tomo el curso/trabajo para el Children’s Aid Society de Boston,
como lo hizo Cabot cuando se convirtió en su director en 1896. Fue ahí cuando
él se expuso al Enfoque de Conferencia de Caso. Cabot observo la relación entre
la medicina y el trabajo social desde su perspectiva centrista radical. Él
pensaba que cada profesión poseía el elemento que la otra más necesitaba. Por
la medicina, este era el empirismo y por el trabajo social
era su amplio campo de acción. Cabot pensaba que la entusiasta aceptación del
empirismo por parte de los médicos los había hecho alejarse muy lejos del
ámbito, ignorando los factores sociales y psicológicos de salud. Los
trabajadores sociales poseían la amplitud de acción que a los médicos les
faltaba pero confiaban demasiado en buenas intenciones. Ellos necesitaban
convertirse más científicos y sistemáticos para asegurar que sus métodos son
efectivos y desarrollar una base teórica para su trabajo. Cada profesión podría
beneficiarse de la asociación con la otra.
Distinciones /
reconocimientos:
Cabot recibió varias distinciones
durante su carrera, incluyendo la Medalla de Oro del National
Institute of Social Sciences (1931) y tres grados honorarios, LL.D. (Rochester,
1930), L.D.H. (Syracuse, 1934) y D.D. (Colby, 1938).
Fuentes:
§ Gehlert, Sarah
y Browne, Teri (2012). Handbook of health social work. 2nd. ed. USA: John Wiley
& Sons, Inc.
§ Kisnerman,
Natalio (1983). Salud pública y trabajo social. 2ª.ed. Buenos Aires: Hvmanitas.
Coleccion Guidance
§ National
Association of Social Workers (1973). Encyclopedia of social work. USA: Author.
§ http://oasis.lib.harvard.edu/oasis/deliver/~hua02998
§ http://www25.uua.org/uuhs/duub/articles/richardcabot.html